César Iglesias, técnico del Amfiv, acaba de recibir otra nueva mala noticia que afecta a su ya de por sí corta plantilla. Si a mediados de agosto el conjunto vigués se quedaba sin uno de sus jugadores fundamentales en la exitosa campaña pasada al decidir el británico Abdi Jama quedarse en su casa para solventar unos problemas personales, ahora es Julio Vilas el que no podrá estar a las órdenes del preparador olívico el próximo 14 de octubre en el estreno liguero del Amfiv en la cancha del Vista Azul sevillano. De hecho, todo apunta a que Vilas no podrá volver a los terrenos de juego hasta, como muy pronto, el próximo año.

El jugador de Sabarís arrastra desde hace ya casi tres temporadas unas molestias físicas que provocan que al estar sentado en la silla de juego se le duerman las piernas. Realizando un gran esfuerzo, Vilas aguantó a pesar de todo la campaña 2016-2017 en la que, además, se sometió sin éxito a diversos tratamientos y terapias. Ninguna de las acciones llevadas a cabo alivió un dolor que limita y mucho su capacidad para practicar el baloncesto en silla de ruedas. Para colmo, al inicio de esta pretemporada se han reavivado las molestias provocando incluso que el pasado domingo ya no pudiera jugar en la Copa Galicia.

Ahora, la complicada situación ha alcanzado un punto de no retorno que va a obligar a Julio Vilas a pasar por quirófano a final de mes para tratar de poner fin a un calvario que dura ya más de tres años. Por recomendación del doctor Cota, médico del Celta y de la selección española de fútbol, el alero del Amfiv acudió a la Clínica La Luz en Madrid para ponerse en manos de uno de los máximos especialistas nacionales en este tipo de problemas, el doctor Oliver Marín-Peña. Tras valorar la situación y realizar diversas pruebas, la única alternativa posible y que aún así tampoco garantiza que se pueda arreglar definitivamente el problema, es la intervención quirúrgica.

“Después de todos los intentos que se hicieron, operar es la última vía para ver si hay solución. De todas formas, continúo con la incertidumbre porque hay que abrir la zona y explorar cómo está todo el nervio. Hasta que se abra y se vea bien no se puede afirmar si se va a poder arreglar o no con la operación”, explica el propio Julio Vilas sobre la artroscopia de cadera izquierda y la liberación del nervio ciático abierta a la que será sometido.

Vilas sólo tiene palabras de agradecimiento para “el doctor Cota, que durante el último año ha estado ahí. Es un gran profesional y una mejor persona que siempre se puso a mi disposición para todo. De hecho, él fue quien me puso en contacto con el doctor Oliver Marín-Peña y me recomendó operarme con él”.

A pesar de que sabe que no hay otra vía y que esta intervención es la última bala para intentar solventar sus problemas, Vilas reconoce que “pasar ahora por el quirófano es una decisión muy complicada porque el club está como está en estos momentos. No hay gente pero llegó un momento en el que no aguantaba más. Son más de tres años entrenando y jugando con molestias y era el momento de parar sí o sí porque no doy ni físicamente ni mentalmente”.

En la mente de Julio empieza a dibujarse ya el momento de su vuelta a las pistas, sin prisa pero sin pausa. “Una vez que me operen habrá unos plazos según como vaya todo que pueden oscilar entre los dos y los tres meses. Lo más importante es que pueda empezar a jugar otra vez sin molestias y disfrutar de nuevo del baloncesto. Después de estos tres años tan duros lo único que me preocupa ahora es volver a encontrarme cómodo en la silla”, puntualiza.

Su ausencia deja a un Amfiv que ya trabajaba para buscar algún jugador que apuntalase una plantilla escasa de efectivos en auténtico cuadro. “Ahora mismo el equipo está muy justo porque no hay variedad a la hora de plantear los partidos. No hay jugadores para rotaciones, descansos o alternativas. A lo largo de la temporada espero que vengan más jugadores a ayudar”, desea Vilas.

Por su parte, José Antonio Beiro, presidente del conjunto vigués, está todavía asimilando la nueva situación y tratando de buscar soluciones. “Es una lástima porque a finales de mes tendrá que pasar por el quirófano y se estima que estará de baja tres meses a partir de ese momento. Ahora nos toca trabajar para buscar un recambio”, comenta el máximo responsable del Amfiv.

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