Pensar en el Aldasa Amfiv durante las últimas temporadas es hacerlo inevitablemente en Lorenzo Envó, un jugador que ha sido santo y seña del conjunto vigués en sus ocho campañas en la máxima categoría del baloncesto en silla de ruedas nacional y protagonista en las brillantes actuaciones del club presidido por Pablo Beiro en las distintas competiciones europeas. Ahora Envó se adapta a un nuevo rol con la llegada de César Iglesias al banquillo y lo hace sin problemas, sin traumas, y con una confianza ciega en su técnico y sus compañeros. Es un ilustre veterano pero tiene la ilusión de un niño por aprender los nuevos conceptos que trae bajo el brazo un entrenador procedente del baloncesto a pie. El inicio de campaña con tres derrotas en otros tantos partidos no le preocupa. Sabe que, con trabajo, esfuerzo y realizando en la pista lo que el técnico quiere, la situación cambiará y los tiros acabarán entrando. Es sólo un proceso de tiempo y confianza. Una victoria disipa las dudas. Con dos, se olvidan. Recuperado de las molestias en el hombro que le hicieron perderse el partido de la semana pasada en Canarias, Lorenzo ya ha vuelto a los entrenamientos aunque sobre jugar el sábado en Bouzas (18.00 horas) ante el Barcelona es cauto. “Yo estoy a su disposición pero si juego o no, lo decide el entrenador”.
-La semana pasada no pudo entrenar ni jugar por problemas en su hombro. ¿Cómo está?
-Bastante recuperado. El martes empecé a entrenar de nuevo para entrar en contacto con la silla y ver qué sensaciones tenía. En principio, estoy bien, No tuve molestias y si no hay complicaciones, el sábado estaré a disposición del entrenador para jugar ante el Barcelona. Luego, si juego o no, lo decide él.
-Usted lleva ya muchos años en el club y ha vivido situaciones de todo tipo. Por eso, ¿cómo ve el inicio de temporada del Aldasa y las tres derrotas encajadas?
-Está siendo complicado porque nadie esperaba perder tres partidos seguidos pero el calendario quiso que nuestros dos primeros compromisos fueran ante equipos fuertes. El tercer encuentro fue en Canarias y jugar allí siempre es complicado puesto que se trata de un viaje bastante largo y pesado y eso en la pista se nota. Hay que tener paciencia porque estamos trabajando conceptos nuevos y asimilando lo que quiere el entrenador. Además, no estamos teniendo suerte de cara a canasta en algunas fases de los partidos y los rivales aprovechan esos momentos para coger ventaja. Es esa falta de acierto la que nos está haciendo perder partidos. Por ejemplo, contra Toledo tuvimos un mal arranque, un mal primer cuarto, y eso nos costó la victoria. En Sevilla también pasamos una fase mala y contra Canarias, igual. Si mejoramos el acierto cara al aro desde debajo de la canasta y somos más contundentes atrás, empezaremos a obtener buenos resultados.
-Esta temporada tienen a un nuevo técnico, César Iglesias, que procede del baloncesto a pie y llega con nuevas ideas al baloncesto adaptado. ¿A quién le está costando más adaptarse: al entrenador o a los jugadores?
-Lo complicado es no ganar partidos. El equipo tiene los conceptos cogidos pero ahora lo que nos falta es un poco de confianza y paciencia. El entrenador quería hacer cosas y algunas ha tenido que ir cambiándolas porque veía que iban mal para el baloncesto en silla. Otras las ha mejorado para que nuestro juego sea más fluido y rápido. Creo que César se está adaptando bien y nosotros también, aunque nos está costando un poco porque son conceptos diferentes a lo que estamos acostumbrados. De todas formas, tenemos asumido que vamos a hacer cosas nuevas y muchas ganas de probarlas. Por eso, hay que tener confianza y saber que los buenos resultados van a llegar. Más que el entrenador o los jugadores no nos estemos adaptando bien, el problema son los resultados. Las derrotas provocan que dudemos de lo que hacemos pero debemos tener paciencia porque tampoco es una cosa dramática.
-¿Con una victoria el sábado ante el Barcelona estaría todo solucionado?
-Si ganas partidos, la gente coge confianza y los tiros que antes fallabas debajo del aro, ahora los metes. Con una buena racha de resultados, el equipo irá creciendo. Ahora estamos en un bache y tenemos que trabajar para salir de él. Cuando ganemos el primer partido, las cosas serán diferentes.
-Después de tantos años jugando, ¿cómo vive la llegada de un técnico nuevo que intenta implantar conceptos del baloncesto a pie en el baloncesto adaptado?
-Creo que puede aportar cosas nuevas. El basket en silla no es un deporte que genere dinero. Por eso, los equipos quieren resultados rápidos. En la liga, hay buenos jugadores pero no hay una cultura de baloncesto. César nos abre el campo y la mente. Los entrenamientos son más entretenidos y nos obliga a saber leer las defensas y los ataques y a buscar un juego mucho más colectivo. Es muy importante que la gente del baloncesto a pie se involucre en nuestro deporte porque así creceremos.
-¿Supone un cambio tan grande?
-El baloncesto adaptado aquí en España está anclado en tres conceptos, que son en los que se basan la mayoría de los equipos y van a morir con eso. Cuando juegan contra alguien que hace algo nuevo, parece que ese alguien es malillo pero una vez que tengamos varias jugadas se verá que ellos están anclados en un baloncesto antiguo. Si somos capaces de aprender los nuevos conceptos, tendremos esa cultura de baloncesto que nos quiere dar el entrenador. Eso nos va a ayudar bastante a ser un equipo poco previsible y poder complicar mucho más la vida a nuestros rivales.
-Se trata, pues, de una apuesta a largo plazo.
-Exactamente. Los resultados llegarán con el tiempo porque debemos adaptarnos a una forma de jugar a la que no estamos acostumbrados. Yo mismo ahora tengo un trato con el balón más indirecto mientras que antes estaba siempre con el balón y tenía una media de 15-20 puntos por partido. Eso ya se ha visto en los primeros partidos, en los que he anotado menos. Los jugadores tenemos que acostumbrarnos a eso, a tener un rol distinto tanto yo como otros. Por ejemplo, Agustín Alejos, que también está habituado a absorber mucho juego y ahora tiene un rol diferente. Es algo que cuesta pero hay que hacerlo porque lo importante es siempre el colectivo. Además, si hacemos bien nuestro trabajo, vamos a crecer como jugadores.
-Viendo cómo ha empezado la campaña, ¿cuáles cree que deben ser los objetivos del Amfiv?
-Tenemos que marcarnos siempre las metas más altas posibles. Porque hayamos sufrido tres derrotas no podemos cambiar eso. Tenemos que coger y el sábado ganar al equipo que sea y así cada semana. Ganar la liga es muy complicado pero nuestro objetivo tiene que ser pelear y poner las cosas complicadas a cualquier rival. La gente ve que llevamos tres derrotas pero eso no tiene nada que ver. Esto no es cómo empieza si no cómo acaba. Hay que confiar en el proyecto. Nuestro inicio de liga no es un desastre. El Barcelona de fútbol cuando ganó los seis títulos perdió el primer partido contra un recién ascendido y luego arrasó esa temporada. No hay que dudar de nuestra calidad. A los jugadores nos tiene que picar el orgullo y ahora es cuando debemos demostrar. Si fallamos canastas fáciles debajo del aro, es el momento de ser más fuertes, duros y efectivos. No puedes coger y decir: “Soy una basura”. Tienes que levantarte y demostrar qué clase de jugador eres.