El pabellón municipal Pablo Beiro, en Bouzas, vivió el duelo más lejano y oriental que se ha disputado en Vigo en las cuatro ediciones de copas europeas organizadas por el Amfiv. Lo protagonizaron el equipo de Tel Aviv y el de Gaziantep, ciudad a 120 kilómetros de Alepo (Siria) y mucho más próxima a la frontera con ese país. Ganó el cuadro turco, sí, y acabó primero. Porque demostró que en las competiciones continentales el fondo de armario resulta fundamental.
El Gazisehir Gaziantep, que nunca estuvo eliminado (cuando iba cuatro abajo también pasaba a los cruces semifinales aunque como segundo), tuvo un rival que agotó todo su arsenal para clasificarse. Con sus únicas ventajas (8-4, 10-6 y 14-13) el equipo que dirige Ariel Ottolenghi era semifinalista. Pero los turcos no estaban por la labor de ceder un solo partido y querían el liderato.
Presión, un juego interior demoledor y aportación ofensiva a tres (Samel Toptas, Umit Bebe y Serdar Saglam) eran recetas de los de Muharrem Karakafa para irse al minuto 10 con ligera ventaja (20-24). El Beit Halochem lo intentó (33-34, a 1:59 del descanso), pero los turcos no se permitían apenas errores en la pintura, Bebe estaba colosal en los lanzamientos exteriores y el equipo turco era precisamente eso, un equipo.
Tras el descanso, los hebreos hicieron un nuevo intento desde el perímetro (38-42), pero un parcial de 0-8, con tiempo muerto turco entremedias, devolvía colchón (38-50). El quinteto de Tel Aviv buscó la heroica desde la línea de tres puntos con efectividad de Rozenberg y Dor Onn: o triple o tres tiros libres (44-53), pero el rey iba desnudo sin rebote y con una defensa que permitía tiros cómodos turcos. El último intento llegó en el cuarto final (55-67, a 5:30) con Dor Onn como triplista. Pero el contraataque del quinto clasificado de la Superliga turca los acabó de tumbar.
Así, el Izmir, equipo de Esmirna, y el Gazisehir se medirán en semifinales, asegurando un finalista turco en Navia para este domingo.