El Fenerbahce se dio un paseo de pista y playa en Bouzas. En el Municipal Pablo Beiro empezó avisando (0-6) con su estrella Ebrahimi Morteza en el banquillo dándole descanso pero saliendo veloz al contragolpe y haciéndose dueño del juego interior. Los londinenses, con caras muy conocidas de la Challenge Cup de 2017 (el muy hablador Ade Adepitan, Matthew Sealy o Christy Greegan), se mostraron como un equipo blando atrás y lo pagaron.
El quinteto entrenado por Can Aksu, no obstante, se concedió un respiro: tampoco pisó el acelerador atrás y el primer cuarto se pareció por momentos a un intercambio de canastas, hasta que el cuadro otomano se puso diez arriba (12-22). Ahí se acabó el choque. Murat, Ibrahim Yavuz y Abedi Morteza masacraban a sus oponentes (12-28).
Con Murat Arslanoglu anotando (10/15 de dos puntos) y reboteando (once rechaces capturados) y el equipo haciendo estragos en las puertas atrás, el partido era cómodo. De hecho, Ebrahimi salía en el segundo cuarto… para nada: un par de triples fallados y al banco, cuando los Titanes de Londres se sostenían aún gracias a Greegan (26-37). Pero si no defiendes correctamente un solo bloqueo y continuación te matan, y en el segundo periodo, tras un decente 26-39 al descanso, el Fenerbahce aniquiló a los ingleses, tal vez más flojos que dos años atrás y que apuntan a últimos de grupo.
Ahora, al Fenerbahce, líder del cuarteto, le basta con perder ante el Iberconsa Amfiv por tres puntos para pasar como primer clasificado; también se metería en las semifinales, aunque como segundo, si pierde por hasta cuatro puntos y por 10. Es el único de los aspirantes a los cruces por el título que maneja un colchón como si esto fuera una eliminatoria europea a ida y vuelta.